Las mujeres atendidas en la casa de acogida de Cáritas son mujeres con procesos migratorios recientes y, por tanto, con falta de red social y de recursos económicos. Al mismo tiempo, están atravesando o han atravesado una situación de violencia de género en sus hogares, la cual puede generar un fuerte impacto emocional que puede manifestarse en forma de trastornos de ansiedad, del estado de ánimo y de estrés postraumático.

Si a esta situación de vulnerabilidad le sumamos su condición de maternidad con hijos pequeños a su cargo, es muy probable que muchas de estas mujeres se encuentren emocionalmente desbordadas, situación que requiere ser atendida y acompañada con el fin de prevenir futuras secuelas emocionales y psicológicas en estas familias.

Creemos que, además de todas las atenciones que reciben en la casa de acogida de Cáritas, un espacio de acompañamiento emocional a través del uso terapéutico de las Artes, ofrecido semanalmente tanto para ellas como para sus hijos, puede ser una oportunidad para escucharse a sí mismas y a sus necesidades, para relacionarse con otras familias que están en la misma situación, y para disponer de un espacio de autocuidado en el que se sientan sostenidas y acompañadas en sus procesos actuales.

En este espacio pueden compartir emociones comunes en torno a la maternidad, el proceso migratorio, los duelos, y la violencia que han recibido por parte de sus parejas.

En relación con sus hijos e hijas de edades diversas, consideramos que este espacio es beneficioso para ellos, ya que puede prevenir posibles afectaciones emocionales, fortalecer su vínculo con la madre y los hermanos, y favorecer su integración en el país de acogida.

El dispositivo de intervención tiene un formato grupal, constituido por entre 5 y 8 madres con sus hijos. El formato de las sesiones grupales está pensado para cultivar la dimensión social y comunicativa, con todos los beneficios que esta conlleva en un momento vital de tanta vulnerabilidad. A la vez, permite realizar un trabajo individual e introspectivo de forma acompañada. La interrelación con el grupo y con la psicóloga ofrecerá a cada persona un apoyo complementario en el que sostenerse durante el proceso migratorio y de acogida. Este trabajo y vínculo con el grupo pretende contribuir a amortiguar el impacto de la realidad, que es única y particular para cada una de ellas, dentro de la pluralidad y diversidad del grupo.