El espacio polivalente Singuerlin de Cáritas Diocesana de Barcelona es un servicio de cotidianidad, abierto a toda la población y etapas vitales. Es un punto de encuentro y acogida, en forma de atención grupal, espacios relacionales, espacios formativos y de grupos socioeducativos.

El espacio polivalente Singuerlin pilota entre cuatro grandes ejes. Concretamente, se ofrece un espacio de acogida y de humanización donde se fomenta la participación activa de las personas atendidas en la búsqueda de soluciones colectivas frente a sus necesidades, mediante la intervención comunitaria en el barrio/ciudad donde las personas participantes forman parte. Asimismo, impulsando actuaciones preventivas orientadas a la disminución de los factores de riesgo que puedan dificultar el desarrollo de procesos personales, familiares, sociales y comunitarios.

Una parte de la población atendida en el Espacio Polivalente Singuerlin son mujeres con recientes procesos migratorios y por tanto con falta de red social y de recursos económicos. Además, algunas de ellas están atravesando o han atravesado una situación de violencia de género en sus hogares, la cual puede generar un fuerte impacto emocional que puede expresarse en forma de trastornos de angustia, del estado de ánimo, y de estrés post-traumático.

Si a esta situación de vulnerabilidad le sumamos su situación de marentalidad con niños pequeños a su cargo, muy probablemente muchas de estas mujeres se encuentran con un desbordamiento emocional que es necesario atender y acompañar para prevenir futuras secuelas emocionales y psicológicas en estas familias.

Creemos que a la vez de todos los cuidados que reciben en el espacio Singuerlín, un espacio de acompañamiento emocional a través del uso terapéutico de las artes semanal para ellas y sus hijos, puede ser una oportunidad para escucharse a sí mismas y a sus necesidades, para relacionarse con otras familias que están en la misma situación, y como un espacio de autocuidado para que se sientan sostenidas y acompañadas en sus procesos actuales.

En este espacio pueden compartir emociones comunes en torno a la maternidad, el proceso migratorio, procesos de duelo, y demás.

En relación a sus hijos de entre 1-3 años, este espacio de arteterapia es beneficioso para ellos para prevenir posibles afectaciones emocionales, para fortalecer su vínculo con la madre y hermanos, y para favorecer la integración en el país de acogida.

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